Un segundo cerebro te ayuda a no estar tanto en tu cabeza

¿Quién eres cuando no estás en tu cabeza?

Cuando no estás en tu cabeza, estás en tu cuerpo (esto es algo bueno que, con tantos pensamientos en el mundo ajetreado de hoy, a veces olvidamos).

Estar en el cuerpo es estar presente en el momento y espacio actual del esquivo ‘ahora’.

Cuando estás presente, es más factible y fácil entrar en estado de flow. Flow quiere decir fluir y es precisamente eso, cuando te adentras en una actividad y tu atención plena esta en ella, no hay otro pensamiento que te aparte de lo que estás haciendo.

¿Cómo se cultiva esto?

Nuestro cerebro está hecho para idear, no para guardar información.

Al final de esta página podrás obtener tu Guía gratuita para crear tu segundo cerebro y podrás:

-Guardar los referentes o inputs con los que te encuentras, pero no tienes tiempo para explorarlos de pleno en ese momento.

-Tener en un mismo lugar una colección de tus conocimientos e inspiraciones.

-Registrar lo que quieres ver luego o tener webs o ideas que consultas con frecuencia al alcance de tu mano.

-Ser más creativx e intuitivx, pues tu cerebro se podrá dedicar de pleno a crear :)

La realidad es que la mente es inquieta, sobretodo cuando eres alguien a quien le interesan muchas cosas. Hablando desde el yo, mi cerebro a veces se siente como un labrador persiguiendo una mariposa y se distrae con las cosas a mi alrededor. Te mencionan un nuevo libro, ves un artículo interesante mientras buscas algo relacionado a uno de tus proyectos. Y quieres ir a ello y saciar tu sed de novedad.   

 

Encontrarte información y fuentes interesantes todo el tiempo es algo positivo porque significa que tu menta es abierta y receptiva. Pero ser permeable, sensible y atento puede ser un arma de doble filo porque muchas veces cuando notas cosas nuevas, estás intentando terminar algún proyecto y pum, un nuevo estímulo llega a ti y te distrae cual mariposa. Tu cerebro le hace ojitos y quiere salir detrás de ella.

 

Una de las cosas que más me ha tomado tiempo aprender es que el cerebro es como un niñe de 3 años que quiere lo que quiere cuando lo quiere. Y no siempre puede ser así. No puedes decirle que sí a cada input que le llame la atención.

Una herramienta que me permite concentrarme más y practicar el autocontrol (versus el modo sin contención), es mi segundo cerebro. Segundo cerebro, sí.

Suena metafórico porque lo es.

Nuestro cerebro está hecho para idear, no para guardar información. Un segundo cerebro es una metodología para guardar los referentes o inputs con los que nos encontramos, pero no tenemos tiempo para explorarlos de pleno en ese momento. Un segundo cerebro te permite decirle a tu cerebro sí, pero luego. (El término no me lo inventé yo; fue acuñado por Forte Labs en su búsqueda por desarrollar el potencial creativo).

 

Un segundo cerebro también puede ser una colección de nuestros conocimientos, inspiraciones. Bien sea para revisar cuando tengas tiempo o para tenerlos a mano como recursos cuando estés buscando inspiración o fuentes más adelante.

Crear un segundo cerebro expande nuestra memoria y aprovecha la tecnología para crear fuentes entre recordar, conectar y crear.

El cerebro no es lineal y esto no es necesariamente algo malo. La creatividad funciona de esta manera. Para dedicarle más tiempo y energía a la creatividad, podemos usar herramientas digitales para ayudarnos a contener toda la información que queremos consultar en un momento posterior.

Te invito a que descargues mi guía (gratuita) sobre cómo crear tu segundo cerebro.

Te explicaré cómo y dónde crearlo, cuáles etiquetas y áreas crear para registrar recordatorios, fuentes, herramientas, referencias y elementos a revisar luego.